domingo, 12 de enero de 2014

La música en la prehistoria


Los orígenes exactos de la música son desconocidos pero fue la voz humana y la percusión,  corporal o de los elementos del entorno, sus primeras manifestaciones  pero éstas no dejaron huellas arqueológicas.

La música nace con el ser humano, y ya estaba presente mucho antes de la extensión del hombre por nuestro planeta, hace más de 50.000 años y es una manifestación cultural universal. El hombre primitivo encontraba música en la naturaleza y en su propia voz, manifestando sus emociones y exteriorizando sus sentimientos a través del sonido.

Las teorías más sólidas plantean la aparición de la música simultáneamente a la aparición del lenguaje. Las diferentes expresiones lingüísticas constituyen formas de música como resultado de diferentes modulaciones.

La íntima relación entre la especie humana y la música es patente puesto que siempre la música ha estado asociada a funciones tanto intelectuales, vinculadas al concepto de lo sobrenatural, como biológicas y sociales, ligada al apareamiento y al trabajo colectivo. Aparece la música en los rituales de caza o de guerra y en las fiestas donde, alrededor del fuego, se danzaba. Probablemente estas danzas imitaban ritmos y movimientos de animales.

El hombre primitivo asociaba la vida y la muerte con el movimiento y el sonido. Cantar y danzar se convierten en símbolos de la vida, mientras que quietud y silencio se conforman como símbolos de la muerte.

Las evidencias de la música de la prehistoria las
hallamos en los restos arqueológicos y en la musicología comparada que estudia los ritmos de canciones y bailes de los pueblos indígenas que hasta nuestros días han conservado un modo de vida muy parecido al de nuestros antepasados. Estos pueblos utilizan sus cánticos y danzas tanto en tareas de la vida cotidiana como con fines festivos o religiosos, al igual ocurría en nuestros orígenes.

 Progresivamente el hombre va descubriendo las posibilidades sonoras de los distintos materiales y comienza a elaborar deliberadamente instrumentos musicales.

 Estos instrumentos de la Prehistoria se pueden dividir en varios grupos: los idiófonos, los aerófonos, los membranófonos y los cordófonos.

Los más básicos son que producen sonidos por medio de la materia con la que están construidos: madera contra madera, hueso contra piedra, etc. son los denominados idiófonos, también llamados autófonos.

los raspadores son un buen ejemplo de ello, construidos a partir de una lasca gruesa se caracterizan por tener un borde cortante, arqueado y retocado en toda su longitud, aunque puede tener también un doble filo convergente. los raspadores son utensilios muy comunes y su distribución es prácticamente mundial. Su simplicidad  sugiere que es uno de los primeros utensilios inventados. Su función era "raspar" huesos, pieles, maderas, materiales que al ser frotados por el rapador prodicirían distintos tipos de sonidos.


Se halló un raspador entre 50.000 y 40.ooo años originario de Schulen (norte de bélgica) y se ha descartado que estas marcas se hayan  producido por algún animal.

 estas placas se les practicaba un orificio al que se ataba una cuerda, hecha de fibra vegetal, en un extremo y que se hacía girar muy rápido, produciendo un sonido silbante. según la intensidad con la que se giraba y la extensión de la cuerda, el instrumento respondía con un ruido diferente.

En 1995 el arqueólogo Iván Turk encontró en el yacimiento de Divje Babe, en Eslovenia, un fémur de un oso de dos años con cuatro agujeros alineados y un agujero en el lado opuesto, como el que tienen las flautas para el pulgar. Se ha datado en 60.000 años de antigüedad, de la cultura neardental. aunque no todos los investigadores están de acuerdo, ya que afirman que podría tratarse de mordeduras de  roedores PERO los agujeros están alineados, son perfectamente redondos y además...


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